La Burbuja de la IA:
La inteligencia artificial está en boca de todos. Inversiones multimillonarias, empresas cotizando en niveles históricos y promesas disruptivas – todo parece indicar que vivimos una auténtica “burbuja de la IA”. Pero, ¿qué hay realmente detrás de este fenómeno? ¿Vivimos una burbuja especulativa destinada a estallar, o estamos ante una revolución tecnológica equiparable a lo que fue la llegada de Internet?
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El clima actual
Hoy, cada conversación sobre tecnología que tengo gira en torno a la inteligencia artificial. Empresas que valen miles de millones, desarrollos que avanzan a velocidad de vértigo y un sentimiento colectivo de que estamos presenciando algo histórico. Sin embargo, no podemos negar que buena parte de este entusiasmo recuerda al frenesí de las puntocom. ¿Es la IA una burbuja que está a punto de estallar, o en realidad estamos frente a una nueva evolución que cambiará para siempre nuestro modo de vivir y trabajar?
El paralelismo histórico: Puntocom vs IA
Me gusta comparar el boom actual con el que viví indirectamente en los años 90, cuando la mayoría creía que Internet era solo una moda. ¿Qué pasó en realidad? Muchas empresas colapsaron, pero las que sobrevivieron transformaron industrias enteras. Con la IA estoy convencido de que sucederá algo similar. La especulación y el exceso de inversión llevarán al fracaso de miles de proyectos, pero el fondo tecnológico terminará moldeando el futuro.
Paradoja de Jevons: ¿Por qué usamos más lo que debería darnos eficiencia?
Hay una idea que me obsesiona: la paradoja de Jevons. Cuando una tecnología mejora la eficiencia, el consumo se dispara en vez de reducirse. Con la IA estamos viendo esto a diario. Aunque nos prometen automatización y productividad, la realidad es que el 95% de los proyectos fracasan y casi la mitad del trabajo se invierte en corregir errores y rehacer procesos. No es suficiente con tener las herramientas; hay que saber usarlas de forma inteligente y estratégica.
MIT refiere que el 95% de los proyectos de desarrollo personalizado de IA fallan, mientras que Wharton indica que el 75% de las empresas obtienen ROI positivo usando IA. La diferencia está en el tipo de implementación: MIT analiza los proyectos a medida (custom), mientras que Wharton se enfoca en el uso de herramientas genéricas como ChatGPT, Copilot o Claude.
La mayoría del éxito está en la adopción de herramientas genéricas: Herramientas como ChatGPT y copilots logran amplia adopción y generan mejoras (usos frecuentes en análisis, edición, automatización parcial), pero su impacto es más de “empoderamiento” que de reemplazo humano masivo.
Inversiones récord pero retornos bajos: La inversión privada en IA ha superado hitos sin precedentes, pero los ingresos generados por la IA aún no justifican el capital invertido. Por ejemplo, en 2025, solo se ha recuperado un 10% de lo invertido en ingresos, lo que indica que mucho del valor actual está basado en expectativas a futuro.
Indicadores de sobrevaloración: El famoso “Indicador Buffet” muestra que el mercado estadounidense está altamente sobrevalorado (217% del PIB), superando incluso niveles previos a grandes burbujas. Sin embargo, otros ratios aún no alcanzan los picos de burbujas anteriores como la de las puntocom, sugiriendo que podríamos estar “a medio camino” de un escenario similar.
Monopolios y concentración de poder: Unas pocas empresas (Nvidia, Microsoft, Apple, Alphabet, Amazon, Meta, Tesla) concentran la mayor parte del crecimiento y la capitalización, llegando a superar economías enteras de países latinoamericanos, lo que incrementa el riesgo sistémico si alguna falla.
Desempleo y ajuste post-pandemia: El empleo en grandes tecnológicas está cayendo, pero esto se atribuye más a burbujas previas (intereses cero en pandemia) que a la IA misma. Hay una tendencia de reajuste después de una sobrecontratación excepcional tras la pandemia, y no solo por la automatización.
Adopción real vs. narrativa: Aunque más del 80% de las empresas dice estar adoptando IA, menos del 10% realmente la implementa a fondo y solo una minoría obtiene retornos reales. El reto no es la tecnología, sino el capital humano capaz de aprovecharla.
¿Burbuja o no?
Hay elementos claros de sobrevaloración y especulación (múltiplos de valoración superiores a la media histórica, gran parte del “negocio” entre las mismas big tech), pero aún no se han alcanzado los extremos de burbujas pasadas ni hay certeza de que todo explotará. Lo más probable es que haya una reestructuración: algunas startups desaparecerán, los ganadores serán gigantes con posiciones casi monopólicas y el tablero mundial de tecnología puede cambiar radicalmente.
Reflexión final: Plantearse si la IA es una burbuja no es tan simple como un “sí” o “no”. El fenómeno es más complejo y destaca la necesidad de analizar profundamente, fomentar la curiosidad y hacerse preguntas más allá del hype.
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